Redactar el plan “para otros “ y no para nosotros mismos elimina la mayoría de los beneficios de su elaboración. Es necesario escribirlo para nosotros mismos sobre nuestra idea y posteriormente enseñarlo y contrastarlo. De la misma forma es un error para planificar el negocio. Nos vamos a encontrar imprevistos que sólo vamos a encontrar una vez salgamos al mercado.
1. Hacemos el plan sin tener en cuenta su destinatario
El plan de negocio tiene muchas funciones entre ellas evaluar la viabilidad del proyecto (en este caso el primer consejo tiene validez) pero también sirve para obtener una subvención, un inversor atraer a un proveedor o a un trabajador en el que estamos muy interesado. En todos estos casos este segundo consejo tiene validez.Nuestro plan de negocio debe de tener, obviamente, un gran bloque común, pero cuando se presente ante alguien (banco, administración, inversor...) que es necesario para la implantación del proyecto, debemos de intentar destacar aquellos aspectos que más interesarán a nuestro interlocutor.Si vamos a solicitar una ayuda a la innovación deberemos destacar esta área en nuestro proyecto, si la subvención está orientada al desarrollo local destacaremos los aspectos dinamizadores del proyecto sobre el territorio (creación de empleo, proveedores...etc)Si por el contrario buscamos conseguir el apoyo de un inversor destacaremos aspectos como la estructura financiera, las formas de entrar y salir del capital en la empresa los retornos previstos para este capital etc.
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